En una cacerola, calentar el agua y apagar el fuego antes de que empiece a hervir. Reservar.
Cortar las cebollas en rodajas finas (en aros o medias lunas) con un cuchillo o utilizar una mandolina. Transferir las cebollas en rodajas a un tarro grande (750 ml) de conservas, o 2-3 tarros pequeños.
Añadir la sal, el ají en hojuelas (si las usas), el azúcar y el vinagre blanco al agua tibia. Revolver bien y esperar a que el azúcar y la sal se disuelvan.
Verter la mezcla en el tarro de conservas, sobre las cebollas. Presionarlas suavemente con una cuchara, cerrar la tapa y trasladar el tarro al refrigerador. Dejar marinar de un día para otro.