500 grs. de carne de vacuno o pollo picada en cubos pequeños
5 tazas de caldo de carne
1 sobre de gelatina sin sabor
2 cucharadas de ají amarillo
6 papas hervidas picadas en dados
2 cebollas finamente picadas.
3 cucharadas de perejil picado
1 cucharada de azúcar
1 taza de arvejas cocidas
1 cucharada de pimienta y sal
Para la masa
500 grs. de harina
200 grs. de manteca
2 cucharadas de azúcar
1/2 taza de agua con 1/2 cucharada de sal disuelta
2 cucharadas de ají amarillo o merkén
2 yemas de huevo
¡Manos a la obra!
Para el relleno:
Fríe la cebolla y el ají amarillo en una sartén. Cuando estén listos, añade las 4 tazas de caldo de carne en conjunto con la gelatina sin sabor, y deja que hierva.
Añade la carne picada y cocina por unos 15 minutos. Luego retira la sartén del fuego y añade las papas cocidas y picadas, las arvejas, la pimienta, la sal, el perjil y la otra taza de caldo.
Vacía toda esta mezcla en un pote y déjalo en el refrigerador toda la noche. Así la gelatina se cuajará.
Al otro día, comenzamos a amasar…
Para la masa:
Mezcla la manteca, los huevos, el azúcar, la harina y el ají amarillo.
Cuando la masa se ponga espesa, añade el agua y las yemas. Vas a ver que la masa toma consistencia y se pone firme. Sigue amasando a que todos los ingredientes estén bien mezclados.
Extiende la masa y corta círculos del porte de un plato de pan y con, más o menos, 0,5 cm de alto.
Saca el pino del refrigerador, y pon una cucharada del relleno sobre cada redondela. Luego dobla cada una por la mitad y humedece los bordes con agua tibia.
Junta los bordes y pégalos. Cerciórate de que queden muy bien pegados. Usa tu pulgar para aplastar, como si fuera el borde de una tarta.
Llévalas a la lata del horno, previamente enharinada. Hornéalas a 300º, o sea, a fuego fuerte, por 7 a 10 minutos.
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